La habitación que os muestro hoy es verdaderamente atípica por los colores y por la forma. Se trata de la habitación de un bebé.
Su forma: redonda cual torreón de un castillo.
Sus colores: intensos y atrevidos; una combinación de negro, blanco y rojo.
La idea de sus dueños era la de inspirarse en un circo. Y, en cierto modo, lo han conseguido sin caer en el exceso.
El negro no es el primer color que se piensa para una habitación de bebé, ¿verdad?. El ligero matiz de color púrpura en la pintura y el color blanco brillante del techo y la parte superior de las paredes hacen que la habitación parezca más grande y el rojo le da viveza y alegría. Al final, el resultado es una habitación muy estimulante, llena de energía y color.
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¿Qué decís?
¿Os atreveríais con una habitación así para vuestro bebé?
Besitos,
Eva
Geniales esos estores plegables a juego con los cojines!
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